Las agrupaciones mayoritarias del campo (Asaja, Coag y UPA) han vuelto a unir fuerzas para protestar en Madrid. En esta ocasión, en una manifestación que ha partido desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Ganadería y en la que se contabilizaban al menos 20.000 personas hasta mediodía, según el cómputo de las organizaciones agrarias. En la rotonda madrileña de Carlos V, junto a la sede del ministerio, se observan las banderas verdes de Asaja, las naranjas de la UPA y las amarillas de COAG ondeando junto a muchas otras de las distintas comunidades autónomas desde donde han llegado los manifestantes. Junto a la riada de agricultores, una fila de al menos 100 tractores ha llegado a la capital desde Arganda del Rey y empiezan a desplazarse, lentamente, por el Paseo del Prado.
La marcha tiene como destino la sede madrileña de la Comisión Europea, en el número 46 del Paseo de la Castellana, en el norte de la capital. El objetivo no es aleatorio. Mientras los agricultores atraviesan de polo a polo la capital, el ministro de Agricultura, Luis Planas, debate con sus homólogos europeos en Bruselas la simplificación de la Política Agraria Común, también conocida como PAC y la imposición de cláusulas espejo para que los productos que lleguen a la región cumplan los requisitos fitosanitarios requeridos por Bruselas. Estas son, en resumen, las exigencias que han reclamado los agricultores durante las tres semanas de protestas.
Montse Cortiñas, vicepresidenta de la UPA, ha sido tajante: “El ministro Planas no puede volver a Madrid sin una serie de medidas concretas. Los agricultores necesitan certezas”, ha compartido en medio del bullicio de la protesta. La marcha transcurre entre el sonido de bombos, pitos y becerros, así como el grito recurrente de consignas en defensa del campo. “Por un medio rural vivo”, se puede leer en las pancartas que algunos agricultores y ganaderos sostienen.
Esta convocatoria ha reunido a manifestantes de todos los rincones del país. Johana Máscaro, por ejemplo, ha volado desde Mallorca para unirse este lunes a la caravana. Esta ganadera de 42 años cuenta que los problemas del campo se agravan en las Islas Baleares. El coste de producción es más elevado en las islas, lo que resta competitividad a los productos lácteos que esta ganadera produce. Máscaro levanta la voz en contra de la burocracia, los controles excesivos en las granjas y el cuaderno digital, aunque paradójicamente nunca antes ha usado esta bitácora. También hay otros problemas que difícilmente la reunión de Planas podrá resolver. Máscaro explica que el turismo está destruyendo el sector ganadero de la isla: “Ya solo quedan 15 explotaciones de vacuno de leche. Hace 30 años eran 600”.
De momento, no hay rastro de los pescadores, que la semana pasada dijeron que secundarían la protesta. Llegaron, incluso, a prometer que repartirían 1.000 bocadillos de calamares a quienes asistan a la marcha. Lo que de momento está claro es que el tripartito de asociaciones ha conseguido movilizar más trabajadores del campo que los que participaron en la manifestación de la semana pasada convocada por Unión de Uniones, cuando en las inmediaciones de Atocha se reunieron 4.000 personas, según datos de la Delegación de Gobierno.
Otra pareja que ha llegado en avión para esta marcha es la que integran Jorge Pelayo y su amigo Juan Plata. Ambos agricultores sobrepasan los 60 años de edad y comentan que entre la erupción del volcán en Las Palmas, en septiembre de 2021, y la sequía, el sector del plátano canario está arruinado. “Necesitamos con urgencia la aplicación de las cláusulas espejo”, explica Pelayo, quien porta un chaleco, una gorra y una bandera naranja de la UPA. “Desde Sudamérica llegan bananas cuyo precio es la mitad del plátano canario. Es imposible competir así”, argumenta este agricultor, quien lamenta que el volcán arrasó con al menos 300 hectáreas de terreno para el cultivo de esta fruta.
“La Comisión Europea tiene que dar un paso adelante”
No todas las soluciones pasan por el control del Ejecutivo en Bruselas, que se encuentra reunido este lunes para responder a las demandas del campo que lleva semanas protestando en toda Europa. Minutos antes de la reunión, el ministro Planas aseguró que comenzará su intervención reclamando “la necesidad de un nuevo gran pacto europeo por nuestros agricultores” que sea el “mejor instrumento” para que “entiendan, comprendan y apoyen el proceso de transformación que estamos llevando a cabo”, ya que “en muchas ocasiones lo viven como si fuera un padecimiento”.
“No podemos quedarnos cortos”, también ha defendido Planas. “Creo que la Comisión Europea tiene que dar un paso adelante no solo en relación con las propuestas que han planteado, sino la respuesta al tema que tenemos ante nosotros, porque efectivamente ante un gran desafío europeo hace falta una gran respuesta europea”, ha indicado el ministro a las puertas del esperado Consejo Europeo.
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