Tras un 2022 histórico, el ritmo de instalación de sistemas de autoconsumo echó el freno el año pasado al pasar de 240.000 nuevos sistemas de paneles solares a poco más de 127.000. El acumulado, sin embargo, hace mella —y de qué manera— sobre la demanda eléctrica española: la proliferación de placas en el tejado de casas, fábricas, naves y establecimientos comerciales redujo en un 3% el consumo, casi el doble que en los doce meses anteriores, cuando drenó el 1,8%. La generación total de estas instalaciones rozó los 7.300 gigavatios hora (GWh), un 59% más, según los datos publicados este lunes por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
“Si bien un 3% de la demanda puede parecer una cifra modesta, es superior ya a la generación eléctrica con tecnologías bien consolidadas como el carbón, la turbinación con bombeo, solar termoeléctrica o bioenergía”, apuntan los técnicos de APPA. El autoconsumo, recuerdan, sigue figurando en las estadísticas eléctricas como una menor demanda de electricidad. Sin embargo, evitó la emisión de 1,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) solo en 2023, en una estimación que autocalifica de “conservadora”.
“Los números de 2023 son positivos, en la senda del objetivo más ambicioso marcado en el PNIEC [el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la hoja de ruta gubernamental]”, valora Jon Macías, presidente de APPA Autoconsumo. “Pero no debemos confiarnos”.
Barreras para el vertido de excedentes
La electricidad generada por estas instalaciones y que realmente se aprovecha es algo inferior del potencial. La causa de este desacoplamiento hay que encontrarla en los excedentes no vertidos al sistema eléctrico por “barreras regulatorias y técnicas”. Según las cifras de la patronal, en 2023 esta electricidad desaprovechada superó ligeramente los 1.600 GWh de electricidad, el equivalente al 0,7% de la demanda.
“Estamos malgastando el 18% de la energía y 131 millones de euros [anuales a los precios actuales]”, se lee en el informe publicado este lunes. “Cada kilovatio hora (KWh) no aprovechado de instalaciones de autoconsumo ya existentes debe ser producido con el mix energético actual, en el que la mitad de la generación no es renovable”.
208 euros de ahorro anual por KW
En 2023, España sumó casi 112.000 instalaciones de autoconsumo residencial, con un tamaño medio de 4,7 kilovatios (KW) de potencia y una inversión unitaria de algo más de 7.000 euros, y otras 15.500 de carácter industrial, de 91 KW de media y 69.000 euros de inversión. A los precios del año pasado, cada kilovatio doméstico instalado ahorró a su titular 208 euros en todo el ejercicio, frente a los 152 euros de las instalaciones industriales, que pagan tarifas más bajas que los hogares.
Con esas cifras en la mano, una familia recuperaría la inversión en unos siete años. La cifra, sin embargo, varía en función de la capacidad para aprovechar los picos de producción —en las horas centrales del día— y del precio que reciben por los excedentes que vierten a la red. “Dado que se trata de instalaciones con una vida útil superior a los 25 años y que el retorno de la inversión está garantizado durante ese periodo, es importante primar la calidad por encima del precio”, enfatizan los técnicos de APPA.
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